El Misterio del Lago Espejo (Parte 07)

Con la misión en el Mundo Espejo completada, Tom, Lucas y Max regresaron a su vida diaria. Sin embargo, algo en ellos había cambiado. No solo sabían que existía un mundo paralelo, sino que también eran conscientes de que la oscuridad podría intentar regresar en cualquier momento. Pero con el poder de las tres gemas en el collar de Max, se sentían preparados para cualquier cosa.

Unos días después de su regreso, una mañana, Tom y Lucas notaron que Max estaba actuando de manera extraña. El collar brillaba de forma intermitente, como si intentara comunicar algo.

“¿Qué sucede, Max?” preguntó Lucas, arrodillándose a su lado.

Max comenzó a ladrar suavemente, luego corrió hacia la puerta, esperando que lo siguieran. Tom y Lucas intercambiaron miradas y decidieron seguir a Max.

El perro los guió fuera de su casa y hacia el bosque donde había comenzado su primera aventura. A medida que se adentraban en el bosque, el collar de Max brillaba con mayor intensidad, como si estuviera acercándose a algo importante.

Finalmente, llegaron a un pequeño claro donde no habían estado antes. En el centro del claro había una piedra antigua, cubierta de musgo y enredaderas. Max se detuvo frente a la piedra y comenzó a ladrar, señalando hacia un símbolo tallado en su superficie.

“Este símbolo… lo he visto antes,” dijo Tom, recordando su aventura en el Mundo Espejo. “Es un portal. Pero no es como los otros que hemos visto.”

Lucas se acercó a la piedra y tocó el símbolo. Al instante, una luz dorada comenzó a emerger de la piedra, formando un portal que brillaba intensamente.

“¿Otro portal? Pero ya derrotamos a la oscuridad, ¿no?” preguntó Lucas, confundido.

Max ladró, indicando que debían entrar en el portal. Sabían que no podían ignorar la llamada. Con un último vistazo a su alrededor, Tom, Lucas y Max atravesaron el portal.

Al otro lado, se encontraron en un lugar completamente diferente. Era un paisaje montañoso, con picos nevados y un cielo claro. Pero a lo lejos, podían ver un castillo en ruinas, rodeado de una extraña niebla oscura que parecía emanar de su interior.

“Esto no es el Mundo Espejo,” dijo Tom, observando el paisaje. “Es otro lugar… pero, ¿dónde estamos?”

Max olfateó el aire y comenzó a caminar hacia el castillo, su collar brillando con una luz constante. Tom y Lucas lo siguieron, sabiendo que estaban a punto de enfrentarse a un nuevo desafío.

Cuando se acercaron al castillo, la niebla oscura se hizo más densa, y pudieron sentir una presencia maligna, similar a la que habían enfrentado antes, pero mucho más poderosa.

“La oscuridad no fue destruida por completo… solo se retiró a este lugar,” dijo Lucas, comprendiendo lo que estaba sucediendo.

Max se detuvo frente a las grandes puertas del castillo. Las puertas se abrieron lentamente, revelando un interior sombrío, donde solo las sombras se movían. Sin embargo, en el centro del salón principal, una figura encapuchada los esperaba.

“Sabía que vendrían,” dijo la figura con una voz profunda y resonante. “Ustedes poseen el poder de las gemas, pero yo soy la fuente de la oscuridad. No pueden derrotarme tan fácilmente.”

Max, Tom y Lucas se prepararon para lo que parecía ser la batalla final. Sabían que no podrían enfrentarse a esta oscuridad solo con el poder del collar. Necesitaban encontrar una forma de canalizar el poder de las gemas y derrotar a esta figura de una vez por todas.

“Tenemos que usar las gemas de una manera diferente,” dijo Tom, recordando las enseñanzas del Guardián del Lago Espejo. “Max, concentra todo el poder del collar y combínalo con nuestra fuerza.”

Max, entendiendo lo que Tom decía, cerró los ojos y concentró el poder de las tres gemas. El collar comenzó a brillar con una luz intensa, que pronto envolvió a Tom, Lucas y a él mismo en un aura dorada.

La figura oscura retrocedió, sorprendida por el poder que emanaba del collar. “No… esto no puede ser…”

Max, con toda la energía reunida, dio un paso adelante, liberando un destello de luz que atravesó la oscuridad. La figura intentó resistir, pero el poder de las gemas era demasiado fuerte. En un último grito, la figura se disolvió en la luz, y la oscuridad que cubría el castillo desapareció por completo.

El castillo, antes ruinoso y sombrío, comenzó a restaurarse a su antigua gloria, con los muros brillando y las ventanas reflejando la luz del sol.

Max, Tom y Lucas se miraron, sabiendo que habían completado la misión más difícil hasta ahora. La fuente de la oscuridad había sido destruida, y con ella, la amenaza que había estado acechando tanto en su mundo como en el Mundo Espejo.

El portal dorado reapareció en medio del salón, listo para llevarlos de regreso a casa. Sin decir una palabra, Max los guió a través del portal, y pronto se encontraron de nuevo en el claro del bosque, con la piedra antigua volviendo a su estado inactivo.

Sabían que las aventuras no habían terminado, pero también sabían que, mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

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