De vuelta en el claro del bosque, Tom, Lucas y Max sintieron una calma extraña. Todo parecía estar en paz, pero sabían que el mundo ocultaba muchos misterios más. Habían derrotado la fuente de la oscuridad, pero algo les decía que su aventura no había llegado a su fin.
“¿Crees que esto es todo?” preguntó Lucas, mientras miraba la piedra ahora inactiva.
“No lo sé,” respondió Tom, pensativo. “Pero siempre hay algo más allá. El Guardián del Lago Espejo nunca nos habló de este lugar… ni de la fuente de la oscuridad.”
Max ladró suavemente, como si también compartiera ese sentimiento. Sabía que su aventura estaba lejos de terminar.
De repente, el collar de Max volvió a brillar, pero esta vez con una luz suave y dorada. Antes de que pudieran entender qué estaba sucediendo, el aire comenzó a vibrar y un nuevo portal se abrió frente a ellos, esta vez diferente a cualquier otro que habían visto. La luz dorada que emitía era cálida y reconfortante.
“Esto no parece un portal normal,” dijo Lucas, cauteloso. “¿Deberíamos entrar?”
Max, sin dudarlo, caminó hacia el portal y miró a sus amigos como invitándolos a seguirlo. Tom y Lucas asintieron. Si había algo que habían aprendido en sus aventuras, era confiar en su fiel compañero.
Atravesaron el portal y lo que encontraron al otro lado era un paisaje asombroso. No era un mundo de sombras ni peligro, sino un vasto campo lleno de luz, con montañas en la distancia y árboles frondosos alrededor. El cielo era de un azul profundo, y el aire estaba lleno de vida.
“¿Dónde estamos?” preguntó Tom, mirando a su alrededor.
De repente, una figura apareció entre los árboles. Era el Guardián del Lago Espejo, pero esta vez parecía diferente, más brillante, casi como si formara parte del paisaje.
“Bienvenidos,” dijo el Guardián con una voz tranquila. “Este es el Reino de los Guardianes, un lugar donde la luz y el equilibrio prevalecen. Han demostrado ser valientes y sabios en sus misiones, y por eso están aquí.”
Lucas dio un paso adelante, impresionado. “¿Por qué nos has traído aquí?”
“El equilibrio en todos los mundos es frágil,” explicó el Guardián. “Aunque han derrotado a la fuente de la oscuridad, otros peligros acechan en las sombras, esperando su momento. El Reino de los Guardianes necesita protectores, y ustedes han sido elegidos.”
Tom, sorprendido por las palabras del Guardián, miró a Max, quien ahora estaba completamente tranquilo. El collar que llevaba brillaba en armonía con la luz del Reino. Max parecía saber desde el principio que su destino era llegar hasta allí.
“¿Max siempre lo supo?” preguntó Tom.
El Guardián asintió. “Max es un Guardián en su corazón. El collar que lleva no solo contiene el poder de las gemas, sino también el de la lealtad y el valor. Él fue elegido desde el principio para guiarlos hasta aquí.”
Lucas sonrió, entendiendo finalmente el papel que Max había jugado en toda la aventura. “Entonces, ¿qué debemos hacer ahora?”
“Ahora, deben aprender a ser verdaderos Guardianes,” dijo el Guardián. “Este lugar es un refugio para aquellos que protegen el equilibrio en todos los mundos. Aquí, aprenderán a canalizar el poder de las gemas y a usarlo no solo para luchar contra la oscuridad, sino para proteger la luz.”
Tom y Lucas asintieron, sabiendo que estaban listos para esta nueva etapa. Max, con una mirada decidida, lideró el camino mientras el Guardián los guiaba hacia las montañas.
Mientras caminaban, Tom no pudo evitar pensar en todas las aventuras que aún les esperaban. Sabía que no serían fáciles, pero con Max y Lucas a su lado, sentía que podían enfrentar cualquier desafío que se presentara.
Y así, en el Reino de los Guardianes, comenzó su entrenamiento. Pero sabían que tarde o temprano, la oscuridad intentaría regresar, y cuando lo hiciera, ellos estarían listos para enfrentarlo.
